Función de Relación y Función de Reproducción


Función de Relación


Todos los seres vivos son capaces de recibir las variaciones del medio y responder a ellas. Los animales, al igual que todos los seres vivos, son capaces de percibir los cambios que se dan en su entorno y reaccionan ante estos cambios de una manera determinada, asegurando así, en muchos casos, su supervivencia. Por ejemplo, imaginémonos que en un paraje de un bosque se encuentra un ciervo pastando tranquilamente. Al escuchar un ruido fuerte en el follaje, huye despavorido. Esta situación permite comprobar que los seres vivos al recibir un cambio en el ambiente responden de una forma determinada.

La función de relación hace referencia a la capacidad que tiene todo ser vivo de reaccionar o atender  a los cambios del medio ambiente en que se desarrollen. Esta capacidad les permite reaccionar ante estímulos  a través de sus sentidos. Quienes están encargados de proveer la información al organismo
  • Los seres vivos a diferencia de los no vivos son capaces de responder a los estímulos.
  • Los animales y las plantas tienen formas diferentes de responder a los estímulos. 




Función de Reproducción

     La función de reproducción hace referencia a aquella por medio de la cual los seres vivos dan origen a organismos. Esta función permite que aumenten el número de individuos de sus especies, y a la vez garantizando la permanencia de dicha especie en la naturaleza.


      Existen dos clases: La reproducción sexual y la reproducción asexual.

     Reproducción Sexual: Se caracteriza porque se requiere de la presencia de dos células sexuales, la femenina y la masculina, para que se forme un nuevo ser. Este tipo de reproducción se representa en las plantas con flores y en la mayoría de los animales, incluido el del ser humano.


     Reproducción Asexual: Se caracteriza porque no hay participación de los sexos diferenciados, masculinos y femeninos. Un solo organismo o una célula da origen a otro organismo idéntico a él. Ese tipo de reproducción se da en las células de nuestro cuerpo y en la estrella de mar. 









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